domingo, 8 de abril de 2012

Estado español: En conmemoración del 50 aniversario de las históricas huelgas de 1962 en Asturias

 

 

En conmemoración del 50 aniversario de las históricas huelgas de 1962 en Asturias.

(1ª Parte)


LA CUENCA MINERA ASTURIANA CATALIZA LA OPOSICIÓN AL FRANQUISMO*

 

   Asturias, las cuencas del Nalón, del Caudal y del Aller, sus mineros, constituyeron una referencia constante y obligada del antifranquismo. Bastión de comunistas y socialistas, supo ganarse la solidaridad e incluso cierta admiración de todas las fuerzas políticas de la oposición. La región asturiana conoció mejor que nadie  los peligros de la huelga y la brutalidad de la represión. Los pozos mineros llegaron a ser tan conocidos como los pueblos; y nombres como La Camocha, María Luisa o Nicolasa consiguieron hacerse tan familiares como Mieres, Sama o La Felguera. Hasta los torturadores alcanzaron allí una triste popularidad y las siniestras hazañas del capitán Caro o el comisario Ramos traspasaron los límites de la España clandestina.
    Cuando se inicie la década de los sesenta, los mineros pasarán a ocupar un primer plano en la España que protesta, generando una solidaridad en torno a sus acciones hasta entonces desconocida. La huelga está prohibida y ello hacía, por sí solo, que cada conflicto laboral se transformase en un acto de oposición política.
   Esta vez será el pozo Nicolasa, de Mieres, el primero en declararse en huelga. Es el 7 de abril de 1962. En días sucesivos, el resto de los pozos se irán sumando al paro. Pedían 160 pesetas (1) de salario y una prima de 78 por cada tonelada de carbón extraída. El gobernador civil, Marcos Peña Royo, tratará de arreglar el problema con el recurso a los esquiroles. A algunos los llevaría desde León. Pero sería una tentativa fallida. Las mujeres, que mientras dure la huelga estarán permanentemente movilizadas, arrojan maíz a los esquiroles, que finalmente no entrarán en la mina. Era una peculiar forma de llamarles gallinas. Al terminar el mes de abril, la huelga es total y el sindicato vertical (2), regido en Asturias por un ex cenetista llamado Eliseo Sastre del Baño, es totalmente inoperante, pues ya funcionan comisiones de trabajadores elegidas de forma espontánea. Las fuerzas de la Policía Armada y la Guardia Civil estaban desplegadas por toda la cuenca minera.
   El primero de mayo de aquel año se estimaba que los huelguistas asturianos eran unos setenta mil.
   El conflicto se va extendiendo a otras provincias, aunque sea con distinta audiencia. Es un momento en el que se negocian numerosos convenios colectivos. En todos estará presente, además, la solidaridad con Asturias. Toda la minería del país se verá afectada. En León, se declaran en huelga los mineros de Villablino y otras comarcas; los de Tharsis y Riotinto en Huelva; los de Peñarroya en Córdoba; los de Linares en Jaén; los de Puertollano en Ciudad Real; los de Sllent, Figols y Vallcebre en Cataluña. A lo largo de la primera quincena del mes de mayo sobre todo, la huelga fue alcanzando a otros sectores en diferentes provincias: la ría de Bilbao quedará paralizada, con la sola excepción de Altos Hornos, y en Guipúzcoa serán los trabajadores de la CAF de Beasaín los primeros en declararse en huelga; en pocos días, casi todas las empresas del metal de las dos provincias están paradas. La situación es similar en la Bazán de Cádiz y El Ferrol; hay paros en las empresas conserveras de Murcia, en los Talleres Jordá de Zaragoza, donde los tranviarios imponen una marcha lenta, en CASA y Renfe de Sevilla, provincia que ve extenderse la agitación al campo, en Altos Hornos d Sagunto… La profusión de octavillas llamando  al paro fue notable en todo el cinturón industrial barcelonés desde primeros de mayo y a lo largo del mes pararían, se realizarían plantes o trabajo lento, entre otras empresas, en Enasa, Maquinista Terrestre y Marítima, Hispano Suiza, Hispano Suiza, Hispano Olivetti y la Seda.
   Muy similar llegó a ser la situación en Madrid, que el órgano del Partido Comunista Italiano, “L´Unitá”, describía diciendo el once de mayo que “la capital española se ha despertado esta mañana en un clima de estado de sitio”. Tal vez era un tono exagerado, pero lo cierto es que hubo acciones de distinta amplitud en las principales empresas como Manufacturas Metálicas Madrileñas, CASA, Marconi, Euskalduna o Renfe. La Oposición Sindical Obrera, animada por los comunistas, había difundido profusamente un llamamiento a la lucha en torno a la reivindicación de ciento cincuenta pesetas, la jornada de ocho horas de trabajo, la libertad sindical y el derecho de huelga.
   En definitiva, el número de trabajadores que de una u otra forma participó en el conflicto, a lo largo de los meses de abril y mayo fundamentalmente, pudo llegar a los ciento cincuenta mil. Basta tener en cuenta que oficialmente se reconoció en un momento la existencia de ochenta y cinco mil huelguistas. La agencia France Press llegó incluso a dar la cifra, sin duda demasiado abultada, de ochocientos mil.
  

(1) ¡Menos de 1 Euro actual!
(2) Nombre con el que se conocía a la única estructura corporativa laboral legalmente establecida bajo el régimen fascista de Franco.

(*) Extracto del libro de Fernando Jáuregui y Pedro Vega, Crónica del Antifranquismo, Editorial Planeta, Barcelona 2007, pp. 261-263. Texto seleccionado y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares.

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