sábado, 14 de marzo de 2009

Túnez: Futuro y lucha de clases

Entrevista a Maya Jribi, dirigente del Partido Democrático Progresista

Túnez:“Nuestros jóvenes no tienen ni esperanza ni futuro”

AUTOR: IL MANIFESTO

Traducido por Gorka Larrabeiti /TLAXCALA


“En Túnez los jóvenes han perdido las esperanzas y las perspectivas de futuro. El movimiento de Gafsa apela a toda la sociedad”. Lo dice la bióloga tunecina Maya Jribi, dirigente del Partido Democrático Progresista (PDP), que apoya con fuerza la lucha de los mineros de Gafsa. El PDP es uno de los principales partidos de oposición al presidente Zine AlAbidine Ben Ali, antiguo jefe de los servicios secretos militares, que gobierna el país desde que el 7 de noviembre de 1987 un colegio de médicos determinó la incapacidad física del viejo Burghiba para seguir en el poder.

Usted es la primera mujer que dirige un partido político en Túnez...

… Y espero no ser la única. Hay otras mujeres que están emergiendo en la política, aunque aún están poco organizadas, tienen poca visibilidad y poco poder. No somos muchas porque los engranajes de la política pueden parecer demasiado complejos o sacrificados. Yo nunca he pensado que pudiera tener menos posibilidades que los hombres, y he de decir que no he sufrido discriminaciones ni dentro ni fuera del partido. Soy feminista, provengo de las organizaciones estudiantiles, siempre he trabajado con los militantes de base, las mujeres me han votado. En el 83 fundé el partido junto con el abogado Ahmed Nejib Chebbi, que lo dirigió hasta el congreso de diciembre de 2006 y hoy forma parte de los 28 miembros de la oficina política. En 2006 presenté mi candidatura al congreso y gané a Ahmed Nejib. Al principio el partido se llamaba Agrupación Socialista Progresista y reunía a un cierto número de grupos marxistas. En 2001 lo volvimos a bautizar con el nombre de PDP para ensanchar nuestra base ideológica. Reúne distintas corrientes, desde antiguos marxistas a islamistas progresistas pasando por militantes por la democracia. Estamos intentando amalgamarlos conforme a un programa común, dejando a un lado los partidismos.

¿Cuál es vuestro programa?

Gira en torno a dos ejes centrales: democracia y libertad, articulados en términos de lucha por el trabajo y mejora de las condiciones de vida de las clases populares, para dar respuesta a las cuestiones sociales. Respaldamos la lucha en la cuenca minera de Gafsa: un movimiento de fuerte crítica social, nacido de la indignación popular y favorecido por algunos cuadros sindicales que han hecho de correa de transmisión entre las instancias regionales y la gente. Un movimiento espontáneo formado mayormente por jóvenes desempleados que pelean contra la subida de precios y a quienes reprimen con dureza. El pasado mes de junio murieron dos chicos. Uno murió electrocutado durante una sentada ante una central eléctrica. Tenía unos cables en las manos, los responsables regionales le dijeron: “como no te vayas, enchufamos la corriente”. Él no se movió y ellos dieron la corriente. Los sindicatos intentaron mediar proponiendo soluciones realistas para que la situación no degenerara, pero el poder detuvo a decenas de personas. Gafsa es el primer movimiento de jóvenes, casi todos veinteañeros. Son hijos de la protesta de noviembre del 87 de hace 21 años cuando las revueltas populares parecían anunciar un verdadero cambio y no la política de seguridad que presenciamos hoy. Desde 2004, se ha juzgado a 5.000 jóvenes en un país de 10 millones. Muchos han padecido condenas durísimas. Como partido estamos a favor de la anulación del “proceso a los 38”, de la libertad de los prisioneros políticos y la amnistía. Pero sobre todo queremos que crezca el carácter político de la protesta. Durante el asedio a Gaza, la gente salía a la calle y relacionaba la resistencia de los palestinos con la de Gafsa, la dimensión local con la internacional.

Muchos jóvenes tunecinos que desembarcan en las costas de Lampedusa provienen de la cuenca de Gafsa.

El gobierno aborda el problema de la inmigración como mero suceso de crónica, mientras que se trata de un problema profundo y grave. Los jóvenes han perdido las esperanzas, las perspectivas y persiguen un espejismo al otro lado del mar. Hace falta un gran debate en Túnez para encarar esta y otras tendencias que afectan a las generaciones jóvenes. Hay asimetría en las relaciones bilaterales entre Túnez e Italia, y una falta de proyectos de desarrollo entre Túnez y los países mediterráneos. No hay que mirar a la dimensión securitaria de la migración, que en todo caso es un aspecto del problema, una consecuencia.

Desde 1989 hasta 1999 vuestro partido ha participado en las elecciones legistlativas, pero sin obtener representación en el Parlamento. ¿Cuál es vuestra capacidad para incidir en la realidad del país?

En Túnez no se hacen sondeos: es difícil precisar cuántos somos, pero nos consideran el primer partido de oposición. El grueso de nuestros militantes lo constituyen intelectuales provenientes de las clases medias. Imprimimos 10.000 copias de nuestro semanario Al Mawfik, uno de los tres periódicos de oposición, y se calcula que lo leen unas 32.000 personas. Nos citan y nos llaman televisiones satelitales árabes, que tienen mucha mayor audiencia que la televisión oficial. Al Jazeera nos llama a menudo.

El presidente Ben Alí se presenta por quinta vez. Vuestro partido quedará excluido de la competición electoral de 2009 por falta de diputados.

A finales de octubre se celebrarán el mismo día las legislativas y las presidenciales, pero las condiciones para participar son muy complicadas debido a leyes excepcionales promulgadas para impedir que Ben Alí tenga adversarios serios. Comenzamos la campaña hace un año, cuando en Túnez lo normal es hacerlo a última hora, 15 días antes de las elecciones, sin debate y a remolque de los mecanismos del poder. Después de presentar a nuestro candidato, el abogado Chebbi, sacaron una ley según la cual sólo pueden participar los secretarios de partido. Decidimos mantener la candidatura igualmente. Uno de nuestros principales objetivos es la alternancia de poder. Otro punto, las elecciones libres. Aunque esta vez no podamos, lo intentaremos de nuevo en 2014. Mientras tanto, recogemos la confianza. Nuestro eslogan es: por unas elecciones libres y normales, para que una autoridad ajena al sistema de poder efectúe un control riguroso. Hasta ahora quien controlaba era el Ministerio del Interior: estas elecciones deberían ser la ocasión de un equilibrio y un debate. El ciudadano lleva 50 años sin elegir, no hay apertura al desarrollo, sino un gran desequilibrio entre regiones, corrupción y nepotismo. El 5 de enero los jóvenes salieron a la calle en Gafsa precisamente por un concurso oposición trucado.

Texto de Geraldina Colotti



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Fuente: «I nostri giovani, senza speranza né futuro»

Artículo original publicado el 29 de enero de 2009

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