jueves, 19 de marzo de 2009

FRENTE A LA REPRESIÓN, MOVILIZACIÓN




El movimiento antiBolonia de Madrid ante la escalada represiva.


Asambleas de Estudiantes de Madrid


Denunciando las represalias dirigidas hacia sus protestas y reivindicaciones.
El movimiento estudiantil a favor de la paralización de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (Proceso de Bolonia) aumenta día a día de forma cuantitativa y cualitativa. En las últimas semanas se está evidenciando que la fuerza que va adquiriendo este movimiento empieza a molestar de manera efectiva a ciertos sectores ideológicos, políticos y sociales y sus intereses. Debido a ésto podemos apreciar una escalada importante en las medidas y formas de represión hacia aquellos y aquellas estudiantes que al fin y al cabo defienden una universidad universal, libre y que sea capaz de cumplir su función social desinteresada y el aporte eficaz de conocimiento a la misma. Estos argumentos parecen chocar de forma cada vez más radical con los intereses de estos sectores.
Recopilando un poco de contexto, podemos ver detallados hechos que lo constatan. La gota que quizás empezó a colmar el vaso sucedió el pasado Viernes día 3 de Marzo cuando a nuestra compañera del movimiento estudiantil Sara, la empezaron a increpar un grupo de neonazis en los aledaños de Moncloa por pegar carteles anunciando la manifestación y huelga del día 12. Tiempo más tarde aparecía un grupo más grande y, utilizando puños americanos propiciaron una paliza a la joven.
Las amenazas y agresiones promulgadas por las organizaciones fascistas ya son más que habituales y conocidas, pero no son las únicas. Las instituciones académicas y gubernamentales también han expresado su descontento a través de los únicos métodos efectivos que funcionan cuando faltan argumentos: la utilización del poder violentamente y en forma de represión.
Aparte de la retirada masiva de los carteles y sólo los carteles que proceden de las asambleas contra Bolonia el día 12, con la huelga y la manifestación, los conflictos de intereses alcanzaron el máximo de nivel de contradicción. El legítimo y pacífico toma las calles por parte de miles de estudiantes después de la manifestación desembocó en cargas policiales que hirieron físicamente a multitud de participantes e identificaciones cuyas consecuencias aún están por avistar. Además la acción culminó con las detenciones de una compañera y dos compañeros.
Haciendo incapié en el aspecto interno de la propia universidad y sus organismos propios de represión podemos destacar los altercados ocurridos en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y la amenaza y agresión por parte del jefe de seguridad a una compañera durante los piquetes de Filosofía y Filología de la misma universidad.
En el fondo, esta lista que podría ser interminable, no refleja más que la impotencia y la desesperación de aquellos que empiezan a ver la lucha contra Bolonia como una amenaza efectiva. Ante todo esto, no cabe pensar en el miedo, o les habrá merecido la pena. Esta señal de imposición es buen termómetro para la valoración positiva acerca de la progresión que va experimentando el movimiento. Cada día somos más fuertes, más numerosos y cada vez más la evidencia muestra y legitima la razón que nos abandera. No podemos dejar pasar estas acciones por parte del poder y aquellos a quienes éste ampara. Nuestro fuerza también ha de hacerse notar. Recordemos siempre que estos sucesos no son hechos aislados, sino que acompañan a una ya emprendida campaña de intento de desmantelación de las movilizaciones ya no sólo contra Bolonia, si no de todo lo que vaya en contra de las lógicas económicas y sociales del Gobierno y los empresarios. Por más que se empeñen, la lucha continúa y se incrementa a marchas forzadas.

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